

El Hombre. Enmascarado: Ven muchacho. Te invito q confíes en mí, yo cuidaré de tu porvenir.
Moritz: no sabe quién es, pero deja que te ampare.
Melchor. Adiós M, no se a donde me lleva este hombre pero es un hombre. (Wedekind, F,
El despertar de la primavera, 1890)
De la pluma de Freud
Leemos que el conflicto de ambivalencia y su aplicación tal como lo plantea me orientaron para pensar la violencia en la época. Dicho conflicto nuclear en términos de intrincación/desintricación pulsional1 es un tratamiento del sujeto a lo perturbante pulsional; es justamente de las vicisitudes del mismo que resultan los diversos padecimientos subjetivos, como respuesta/solución o como lo dice la misma pluma de Freud “las alteraciones en la proporción de mezcla de las pulsiones tiene sus consecuencias patógenas”2, tramitación que pone un ordenamiento a ese empuje que es estructural y que siempre tiene un punto irreductible.
El poder y la crueldad
La violencia y su relación con el poder y la crueldad es lo más extraño y lo más inherente al ser parlante. Partimos de una paradoja ¿es posible una resolución cuando lo que funda a la vez arrasa, amordazados en los tormentos del goce?
Nos preguntamos qué sucede cuando ese viviente no tiene la oportunidad de regular ese caos primordial, cuáles fueron los incidentes pulsionales o, para decirlo, en otros términos, el estar arrojado al mundo en pleno estado de devastación subjetiva siendo la respuesta del otro social el rechazo.
Lacan marcaba la incidencia de la declinación de la Imago paterna en los sujetos. “Declinación que se observa en las colectividades más afectadas por estos efectos: concentración económica, catástrofes políticas”; y es muy interesante cómo ubica que la aparición del psicoanálisis debe relacionarse con esa crisis.3
Se refirió a la transformación de la familia patriarcal en la conyugal. Esta tiene su incidencia en la alteración de los ideales y del superyó, en la línea de la ley del padre.
A lo largo de la historia las formas familiares han variado, estamos ante nuevas sexualidades y los nuevos modos de hacer familias; y con ellas tanto las figuras del Otro como los modos de producción de autoridad.
Aquello que el viviente precisa como encarnadura para que ese organismo devenga en un cuerpo hablante es la presencia del Otro. Pasaje inaugural en los movimientos lógicos de la alienación-separación.
Rupturas
Freud y Lacan hacen ruptura con los modelos y teorías evolutivas de la niñez y adolescencia. Para ellos se trata de posiciones no de categorías evolutivas.
“Para todo niño hay sexualidad y la sexualidad tiene la condición de infantil” de este modo inaugura un nuevo paradigma y desanuda el concepto de sexualidad-genitalidad puesta al servicio de la reproducción. La pubertad es una metamorfosis, una resignificación que lleva a la vida sexual infantil “a una conformación normal definitiva”; en términos de reordenamientos de nuevos enlaces y mecanismos complejos.4
Por otro lado, Lacan en el discurso de clausura de las jornadas sobre psicosis infantil, nos dice que el hecho de que ya no existan grandes personas era la señal de entrada en un mundo de segregación denominándolo “el niño generalizado”:
La cuestión de saber si, por el hecho de la ignorancia en que ese cuerpo es mantenido por el sujeto de la ciencia, de las religiones, las guerras, y fundamentalismos, habrá derecho luego a ese cuerpo hacerlo pedazos para el intercambio.5
Lacan está anticipando en 1967 el intercambio de los cuerpos como mercancía.
Podemos concluir que el estatuto de niño generalizado presentado por Lacan se opone al de grande persone. Es Éric Laurent quien dice que lo que separa al niño de la persona mayor no es la edad ni la adolescencia, sino la ética que cada uno hace de su goce, grande personne es aquel que podría hacerse responsable de su goce.6
Rasgaduras simbólicas
Sabemos que los modos de irrupción del encuentro con lo imposible de soportar de la castración no son siempre por la vía del síntoma, sino también inhibiciones, angustias disruptivas, acting out, o pasajes al acto.
Que la violencia sea “puro goce en lo real no muestra necesariamente la psicosis. No es necesariamente una promesa de psicosis traduce en todos los casos una rasgadura en la trama simbólica […]”.7
Cuando se dice que los niños y adolescentes son refractarios a las prohibiciones, no toleran las reglas, martirizan a los padres, a los educadores y a los jueces nos preguntamos, si es un tratamiento de lo prohibido lo que fracasa o un tratamiento de lo imposible como rechazo de la castración.
Como lo sostiene Mario Zerbino la imbricación del mercado capitalista y una “técnica” a su servicio llevan en dirección a un arrasamiento subjetivo que “realiza un movimiento que no respeta a nada ni a nadie. Si un fin, en primer lugar, es el fin del respeto”.
Entendiendo por “respeto” esa distancia simbólica que implica a la castración y que señala que “no-todo” puede ser alcanzado por la voluntad de goce puesta en marcha por la técnica.8
Lacan lo anticipó de diversas maneras: homogeneización, desintegración del concepto de experiencia, distorsión y fin de la memoria, declinación del imago paterno, evaporización del padre, nuevas formas de racismo.
J-A Miller nos dice que los adolescentes “padecen especialmente puntos de estancamiento propios del individualismo democrático, producto a su vez del desmoronamiento de ideologías
de grandes relatos, como decía Jean-François Lyotard, y del hundimiento del Nombre
del Padre, no de su desaparición, sino de su hundimiento. Ello tiene profundos efectos de desorientación que se hacen sentir en los adolescentes de hoy”9
La juventud es objeto de acusaciones de sus miserias, luego los mismos que acusan se ocuparon muy bien de haber destruido, “hasta la última posibilidad de una experiencia auténtica”.10
Época de multiplicación de objetos de mercado, rechazo a la castración y un empuje a la literalidad, así proliferan los desarreglos del goce no dialectizables y la moral se asienta en el tratamiento real de los cuerpos.
Se puede considerar un indicador contemporáneo la relación endeble con lo simbólico
Eso es lo que como sociedad nos retorna en los chicos. productos y objetos de esta moral.
Chicos, pibes malos que muchas veces ya están asignados muy tempranamente en el lugar de violentos, el delincuente; desde el diálogo malentendido de sus progenitores.
Gran parte de las manifestaciones de los […] chicos malos, violentos no llegan a los consultorios; sino que son usados por los sectores más canallas de la sociedad en beneficio propio. Sería una aproximación a pensar la categoría de chicos a diferencia de niños11
Malos, solos, violentos como elecciones de goce mantenidas a lo largo de un tiempo, como repeticiones de modos de satisfacción pulsional se prestan con dificultad a la dialéctica simbólica. El goce es lo invariante, corresponde al traumatismo de lalengua sobre el cuerpo, la moral varía con la época.12
Las intervenciones del psicoanalista tendrán efectos si tocan en estos sujetos lo indecible del odio. Eso también dependerá del lugar que estos ocupen, si el lugar es de objeto habrá preponderancia de lo real. Si el acto no es interpretado habrá repetición.13
El hecho puberal hace surgir un efecto de escansión entre el eso quiere gozar que toma la delantera y el “eso quiere decir “de las ficciones que vestían ese cuerpo”. (Roy, 2017)
La imagen del cuerpo camba y en esa dialéctica de tener o no tener un cuerpo se revela impotente para el tratamiento de la diferencia sexual que se prestan como inédita, desconocida y perturbadoras.
Hay una irrupción del “trauma puberal”: desorganiza ese lazo y el cuerpo del otro, de los prebures “vienen de pronto a encarnar el carácter heterogéneo del encuentro con el hecho puberal en tanto sexual. Eso inasimilable, irrumpe, encuentra el alojamiento en el cuerpo del otro. El cuerpo del otro sexo se presta para los chicos y chicas, pero no con muchas garantías
Es un momento de (exogamia) donde el problema del cuerpo se encarna en un grupo, o grupos, o bando, grupos de pertenencia
Miller dice que si el cuerpo del Otro no se encarna en grupo, surgen otros destinos: conducidos por la pulsión agresiva y la crueldad: se produce una alianza entre la identificación y la pulsión.
Qué se les exige y qué nos enseñan los adolescentes
A los adolescentes se les exige, ese se como impersonal estaría del lado de la demanda, en términos del Che vuoi, impactan en ellos al modo: que quieren todos estos Otros de mí.
Se violentan y si hay violencia solo se trata de la violencia de la angustia.
El goce es lo invariante, corresponde al traumatismo de lalengua sobre el cuerpo, la moral varía con a época.
Algunos hechos de violencias en las entidades educativas, violencias extremas son diagnosticados como trastornos severos de la conducta, trastornos generalizados de personalidad, causantes de “disturbios” y “fracasos escolares”, bajo amenaza de la exclusión.
Siguiendo estas manifestaciones sintomáticas y su abordaje se implementan dispositivos con programas de “contra violencia preventiva”, enmascaran en sí mismos procesos segregativos. Abordajes que lejos de resolver obedecen a la lógica desarticuladora que caracteriza al discurso cínico de nuestra época.
Ante la impotencia y el desorden social y la caída de la autoridad, esto mismo los empuja a diagnosticarlos con prisa, obedientes a los protocolos, se implementan “programas de prevención o psicoprofilaxis” que intentan disminuir los riesgos en los que se ven expuestos ellos mismos y otros.
El resultado es el fracaso, no hay resolución del conflicto. Hay desesperación y repetición. El horror es otro invitado principal en las instituciones educativas y la responsabilidad subjetiva brilla por su ausencia
Las manifestaciones de los nombrados- muchas veces con desprecio- los pibes, las pibas malos, malas, desadaptados, solitarios, raritos, nerd, incels son elecciones de goce, modos de satisfacción pulsional poco dialectizables.
Se les exige cordura, integración, y que hablen más, en una lógica de políticas educacionales cognitivo comporta - mentales.
Sin ofrecerles la oportunidad de regular ese caos, interrogarse sobre sus incidentes pulsionales así asumir una implicación y responsabilidad subjetiva
Lo que escapa a la pedagogía, y al discurso de la época lo toma en su relevo el discurso analítico y porque no, el discurso jurídico
“La tête haute”
La siguiente viñeta es de un película “Con la frente en alto” –“La tête haute”–.14 No es la serie Adolescencia. Película que he trabajado en otros espacios y retomo hoy. Junto con el libro la ley del menor de Ian McEwan.
Malony es un adolescente que estuvo bajo la tutela de una jueza desde los 6 hasta sus 17 años. Pasa por diversas instituciones de menores y carcelarias. Cuenta además con un tutor. Tanto éste como la jueza cumplirán una función que le permitirá al jovencito otro destino. Al menos en ese tramo de su vida. La adolescencia como síntoma de la pubertad. Adolescencia por cierto muy desbrujulada
Uno de los dichos de su madre “desde que sabe caminar es un delincuente”, “perdí el control es como si no tuviera moral, creé un monstruo”. Y un padre que dimitió.
Serán la jueza y el tutor quienes cumplirán una función reguladora, no sin obstáculos, pero nunca, y este es un detalle precioso, nunca victimizando al jovencito.
“Malony no es un chico malo, él necesita vínculos”, dice uno de los integrantes del juzgado. Un gesto de la jueza, un divino detalle, una leve caricia que entrelazan levemente sus manos, Malony lo soporta. Y levanta su rostro siempre escondido debajo de un gorra con su cabeza baja.
En un momento crucial Malony toma una decisión, se implica, hace valer su palabra. Intenta no sacrificarse tanto al Otro. La violencia se dialectiza.y disminuye la banalización de los lazos.
Decisión como solución en ese tramo de su vida, que lo apartará de un lugar de escoria, morigerar impulsiones y pasajes al acto. Inaugura una posición deseante: su paternidad.
Se implica, hace valer su palabra. Intenta no sacrificarse al Otro. Reitero una solución en ese tramo de su vida.
Si el padre ya no impacta a la familia –no es obligatorio que sea el padre carnal– siempre hay uno que impactará.15
Más allá de toda época inventar cada vez, un modo de verificar en esta discordia y evaporación del orden simbólico fueguino, como psicoanalistas /partenaires respondemos desde otros ámbitos en un entrecruzamiento de discursos, más allá de la soledad de los consultorios. Hoy se dio testimonio de ello sobre lo que se les exige, y lo que nos enseñan los adolescentes. Lo celebro.
Notas
1 Mezcla-desmezcla pulsional, en la traducción de José Luis Etcheverry. Fusión-de fusión, en la traducción de López Ballesteros
2 Freud, S., (1940 [1938]) Esquema del psicoanálisis. En Obras completas. Tomo XXIII. Buenos Aires: Amorrortu. 1993.
3 Lacan, J., La familia. Buenos Aires: Homos. 1984, p. 74.
4 Freud, S., (1905) Tres ensayos de teoría sexual. En Obras completas. Tomo III. Buenos Aires: Amorrortu. 1999, p. 189.
5 Lacan, J., (1967) Alocución sobre las psicosis del niño. En Otros escritos. Buenos Aires: Paidós. 2012.
6 Laurent, É., Hay un final de análisis con niños. En Uno por Uno N° 39. Buenos Aires: Eolia-Paidós. 1994, p39
7 Miller, J.-A., Niños violentos. En Carretel N° 14. Madrid. 2017, p. 15.
8 Zerbino, M., (2008). Fuera de lo común: subjetividades extemporáneas. En Frigerio G. (Comp.) Educar: discusiones sobre lo común. Buenos Aires: Del Estante.
9 Miller,J-A; En dirección a la adolescencia, Freudiana 45
10 Agamben, G., (2001) Infancia e Historia. Destrucción de la experiencia y origen de la historia. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.
11AAVV Bermúdez ,S Chicos malos, niños solos, Roberto Berholet y otros ,Carretel 15, 2020,Grama. P137
Y Las Conversaciones de VIII ENAPOL: Asuntos de familia. Sus enredos en la práctica. “Chicos malos, niños solos”. Responsable Bertholet, R., EOL. Buenos Aires. Septiembre de 2017. Véase: http://www.asuntosdefamilia.com.ar/es/Conversaciones/10/Roberto-Bertholet.pdf
12 Ibídem.
13 Fryd, A., Cuarta noche preparatoria hacia el VIII ENAPOL. Junio de 2017. Reseña de Silvia Bermúdez.
Véase:http://www.asuntosdefamilia.com.ar/es/template.php?file=Actividades-preparatorias/17-06-01_Resena.html
14 “Con la frente en alto” –“La tête haute”–.Film. Dirección Emmanuelle Bercot. 2015. Francia.
15 Lacan, J., (1971-1972) El seminario, libro 19. …o peor. Buenos Aires: Paidós. 2013, p. 204.