Territorios del síntoma
"La Patagonia es tiempo, es caminar y no llegar nunca, es tratar de apropiarse de esa distancia y verse sometido a sí mismo" Cristian Aliaga.
“Agua aire vida Darwin huyó despavorido De esta tierra Maldita”,
Tomás Watkins
El tema que nos convoca en estas Jornadas es una invitación a realizar un recorrido por el mapa de la geografía lacaniana.
En esta travesía nuestra orientación será el síntoma. Miller en “Leer un síntoma” nos señala que en el mismo encontramos dos caras: verdad y real.
El descubrimiento freudiano fue que el síntoma era interpretable, pero hoy nuestra práctica va más allá de este punto, de la x que resta a la interpretación. Asistimos entonces a la confrontación del sujeto con los restos sintomáticos, allí Freud chocó con lo real del síntoma, con lo que en el síntoma es fuera de sentido. Desde ahí desbrozó el camino para lo que implica un psicoanálisis de orientación lacaniana.
La idea de “territorios” nos desliza hacia una paradoja en la delimitación de lugares. En el seminario 18, De un discurso que no fuera del semblante, Lacan plantea que si bien las fronteras delimitan territorios, ese límite tiene un gran defecto ya que solo simboliza que ambas superficies en definitiva son la misma cosa. Y prosigue: ¿La letra no es acaso lo literal que hay que fundar en el litoral? Pero es algo distinto que una frontera. Nunca se confunden. El litoral es lo que establece un dominio que se convierte, si quieren en frontera, para el otro porque no tienen nada en común.
Entonces, el lugar del síntoma, que es por excelencia el cuerpo, nos plantea un territorio con un estatuto particular, es ese lugar donde es posible que una marca se inscriba. Espacio pensado como aquel litoral que Lacan nos dejó en su "Lituratierra", tierra donde la letra hiende y desde donde extraemos los significantes de un análisis. Podrá el analista volverse agente en este asunto, si considera en cada instante lo que se juega entre centro y ausencia, entre saber y goce, para que se produzca un viraje de lo litoral a lo literal. Entendemos por ello que el cuerpo real que se tiene, eso que se goza, pueda volverse principal soporte en su consistencia a medida que las identificaciones caen. Allí hallamos un “abarrancamiento” que lo real expone, eso que se evoca de goce cada vez que un semblante se rompe.
En este sentido respecto de la experiencia analítica Miller nos propone una nueva modalidad de lectura que radica en un “saber leer” el síntoma. Esta forma de lectura consiste en mantener a distancia la palabra y el sentido que ella vehiculiza a partir de la escritura como fuera de sentido, como letra, a partir de su materialidad. Esta disciplina de la lectura apunta a la materialidad de la escritura, es decir la letra en tanto que produce el acontecimiento de goce que determina la formación de los síntomas.
Así mismo, en nuestro recorrido por los “territorios del síntoma”, también bordearemos aquello que está en el centro de nuestra práctica: la formación del analista. Formación que en el interior del país se configura a través del Instituto Oscar Masotta. En la vasta extensión patagónica, los CID, Delegaciones y Grupo en formación, alojan la transferencia de trabajo que se pone en marcha en torno a la causa psicoanalítica.
Nuestra brújula apunta al sur. Los invitamos a explorar el corazón de nuestra práctica y este devenir de los paradójicos territorios del síntoma. Serán tres ejes los que nos orienten: clínico, político y epistémico, para hacer de los escollos, mojones en el camino.
Referencias bibliográficas
- Lacan, J. (1971/2006). El seminario: Libro 18. De un discurso que no fuera del semblante. Buenos Aires: Paidós.
- Lacan, J. (1971/2012) Lituratierra. En Otros escritos. Buenos Aires. Editorial Paidós.
- Laurent, E. (2016) El reverso de la biopolítica. Buenos Aires. Editorial Grama.
- Miller, J-A. (2011) Leer un síntoma.
- Bassols, M. (2015) Retales. Virtualia #30. Revista digital de la orientación lacaniana.
- Bassols, M (2017). Lo femenino, entre centro y ausencia. Bs. As. Editorial Grama.
- Zack, O. (2016) El cuerpo: territorio de goce. Virtualia N°31.